El adiós de Kiss en una clase magistral de rock por veteranos maestros

El show del grupo estadounidense le puso un festivo y emotivo cierre al festival Masters of Rock que congregó a 45.000 amantes de una de las vertientes duras del género. Abundante rock, extensos solos instrumentales y una conexión combustible con el público.

La despedida del grupo estadounidense Kiss, acontecimiento central y más convocante de la jornada, le puso un festivo y emotivo cierre al festival Masters of Rock que congregó, según los organizadores, a 45.000 amantes de una de las vertientes duras del género en el Parque de la Ciudad.

Pero la temprana y magistral actuación de la leyenda británica Deep Purple y el contundente y celebrado set de los alemanes de Scorpions también configuraron acontecimientos sonoros de excepción en tiempos donde la música en vivo y su ejecución sanguínea parecen haber perdido terreno en pos de otras atracciones.

Cada formación con su historia y con la impronta personal que imprimen a su sonido, demostró que la edad de sus integrantes no es impedimento para desplegar abundante y poderoso rock, asumir extensos solos instrumentales y generar una conexión combustible con el público.

Tal vez por ello la música tocada con maestría y pasión –más allá del caudal de artificios sobre todo presentes en el show entre pirotécnico y circense de Kiss- resultó la gran ganadora y beneficiada de este singular encuentro que arrancó, en un viernes laborable, apenas pasado el mediodía.